Solemnidad de la Ascensión (B) (12 mayo 2024)
(San Marcos 16: 15-20)
“Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.» Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.”
Celebramos hoy la Solemnidad de la Ascensión del Señor a los cielos. Fiesta que en años anteriores se solía celebrar en jueves, pero que por motivos pastorales se suele trasladar al siguiente domingo.
Tal día como hoy, Jesús, después de haberse encarnado y permanecer con nosotros durante más de treinta años, volvía al Seno del Padre. Desde entonces, Jesús ya no estará físicamente presente entre nosotros hasta que lo volvamos a ver de nuevo en su Segunda Venida al final de los tiempos cuando venga a consumar este mundo y celebrar el Juicio Final.
Pero a pesar de que Jesús se marchó, Él siempre ha permanecido con nosotros, cumpliendo así su promesa: “Yo estaré con vosotros para siempre hasta la consumación del mundo” (Mt 28:20b); pero esta presencia ya no es física, aunque sí es real: a través del sacramento de la Eucaristía.