¿Qué se entiende como pecado contra el Espíritu Santo?
Tomado del Catecismo Mayor de San Pío X
Todo el que hubiere hablado contra el Hijo del Hombre será perdonado. Si, no obstante, habla contra el Espíritu Santo, no alcanzará perdón ni en este siglo ni en el venidero. (Mt. 12, 32)
Además de los pecados mortales (pecados graves) y de los pecados veniales (pecados leves), hay otro calificativo de pecados justamente por ser pecados especiales y con un alcance de malicia diferenciado… trataré más abajo ese calificativo diferenciado.
Los pecados mortales (que son los pecados más graves) nos apartan de Dios y nos llevan al infierno. Solamente a través de una buena confesión, es que podemos ser perdonados. Para hacer una buena confesión es necesario tener fe en que el padre tiene el poder de absolverte (poder este dado por el mismo Jesucristo: Aquellos a quien les perdonareis los pecados, les serán perdonados; aquellos a quien se los retuvieseis, les serán retenidos – San Juan 20, versículo 23) Es necesario también estar arrepentido de haber pecado y prometer nunca más hacerlo nuevamente.
Los pecados veniales (que son los pecados leves como, por ejemplo, una pequeña mentira que no perjudique a nadie, una glotonería que no traiga perjuicios serios a la salud, etc.…) también nos apartan de Dios, pero no merecemos el infierno por causa de ellos, porque son culpas leves. Si morimos con pecados veniales, iremos a pagar nuestras culpas en el Purgatorio y después iremos al Cielo. Siendo Dios purísimo, imposible que se esté en Su Divina presencia, con ninguna mancha, por menor que sea. Los pecados veniales son perdonados rezando un Acto de Contrición o con arrepentimiento practicando algún otro acto de piedad.