Domingo XXVII del T.O. (C) (2 octubre 2022)
II Timoteo 1: 6 - 8, 13 - 14
Por esto te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza.
El cristiano ha de ser un "luchador"; y más todavía en este mundo en el que nos ha tocado vivir. Ahora la gente se avergüenza de la virtud y se vanagloria en sus vicios. Parece que el mundo está al revés. O mejor dijo, como que el demonio es el que está gobernando en el mundo y en sus costumbres.
No te avergüences, pues, ni del testimonio que has de dar de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero; sino, al contrario, soporta conmigo los sufrimientos por el Evangelio, ayudado por la fuerza de Dios.
¡Cuántos cristianos se avergüenzan de su fe! Incluso se avergüenzan de rezar en público, de que les reconozcan como practicantes de su fe. ¡Cuántos jóvenes se avergüenzan si sus compañeros de clase o amigos les ven entrar con sus padres a la Iglesia un domingo!
Ten por norma las palabras sanas que oíste de mí en la fe y en la caridad de Cristo Jesús. Conserva el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros.
Siempre es bueno ponerse como modelo a Cristo y a sus enseñanzar. Si así lo hacemos, podemos estar seguros de no equivocarnos y de seguir el camino recto.
Lucas 17: 5 - 10
Dijeron los apóstoles al Señor; «Auméntanos la fe.»
El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: "Arráncate y plántate en el mar", y os habría obedecido.»
La semilla de mostaza es una de las semillas más pequeñas; pero cuando se desarrolla llega a formar un árbol gigantesco. Cuesta creer que de una semilla tan pequeña se pueda formar un árbol tan grande. Pues algo así ha de ocurrir con la vida de Cristo en nosotros. Es una semilla que fue depositada en el momento del bautismo, pero que con la ayuda de Dios la hemos de hacer crecer. Ella será la que sustente y dé sentido a nuestra vida. Si tenemos fe, será posible.
«¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: "Pasa al momento y ponte a la mesa?" ¿No le dirá más bien: "Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?" ¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer.»
Nunca podemos olvidar que Dios es nuestro Creador y nosotros sus criaturas (siervos). Cristo nos elevó a la categoría de amigos ("Ya no os llamo siervos, sino amigos" Jn 15:15); pero una cosa que siempre hemos de tener presente es que hemos de dar culto a Dios y cumplir su voluntad. "En eso conoceréis si sois mis amigos, si hacéis lo que yo os he mandado". (Jn 15:14)