Cuentos con moraleja: "Yo grande, tú peque"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Cuentos con moraleja.

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Un profesor universitario de español, de gran fama tanto en España como en el mundo entero, soñó que se encontraba con Dios y decidió preguntarle el motivo por el cual nunca había sido feliz en su vida, a pesar de su exitosa carrera y sus conocimientos. Dios le dijo entonces:

—Sé que eres profesor de una gran trayectoria en el idioma, dime cuáles son las tres primeras personas de los pronombres personales.

El profesor se sorprendió de aquella pregunta tan fácil, y respondió:

—Pues eso es muy fácil para una persona con mis conocimientos del idioma, son: yo, tú y él.

Dios le miró y dijo:

¿Ves? ¡Ese es tu problema!

Cuentos con moraleja: "Mi encuentro con un ángel"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Cuentos con moraleja.

Gethsemane

Los Gutiérrez eran católicos devotos que vivían en Zacatecas (México). El pueblo entero los veía como familia ejemplar tanto en su fe como en sus virtudes. Todos decían que la familia Gutiérrez era una familia cristiana especial.

El padre se interesaba especialmente por el estado espiritual de cada uno de sus hijos y con frecuencia les hablaba de Dios y les pedía que explicaran cómo se imaginaban que sería el cielo.

Un día tocó el turno a Jimmy, el más pequeño de siete años, para que explicara cómo se imaginaba él cielo. Jimmy les contó su versión.

—Creo que el cielo va a ser algo así: Un día, cuando nos vayamos a morir, será el momento de que el ángel grande lea de un enorme libro los nombres de toda la gente que va a estar allí. Vendrá hasta donde está la familia Gutiérrez y dirá:

—¿Papá Gutiérrez?, y papá dirá

—Presente.

—Luego el ángel llamará:

¿Mamá Gutiérrez?, y mamá dirá

—Presente.

Entonces el ángel bajará para llamar a Susana y a Carlos y ambos contestaran:

Cuentos con moraleja: "¡Danos, Señor, sacerdotes santos!"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Cuentos con moraleja.

LosCurasp

Hace años un sacerdote fue trasladado a la Parroquia del Espíritu Santo en Houston, Texas. Poco después de haber tomado cargo de la parroquia, una mañanita decidió tomar el autobús para dar una vuelta por la ciudad y así conocer a sus parroquianos. Se montó en un autobús para ir al centro de la ciudad. Al sentarse, descubrió que el chófer le había dado una moneda de 25 centavos de más en el cambio.

Mientras consideraba qué hacer, pensó para sí mismo:

— ¡Ah!, olvídalo, son sólo 25 centavos. ¿Quién se va a preocupar por tan poca cantidad? De todas formas la compañía de autobuses recibe mucho de las tarifas y no la echarán de menos. Acéptalo como un regalo de Dios.

Pero cuando llegó a su parada, se detuvo y, pensando de nuevo, decidió darle la moneda al conductor diciéndole:

—Tome, usted me devolvió 25 centavos de más”.

El conductor, con una sonrisa le respondió:

Cuentos con moraleja: "Rézame un Padrenuestro, ¡por favor!"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Cuentos con moraleja.

almas del purgatoriop

Nuestra historia se desarrolla en París durante el verano del año 1827. Jacqueline, una joven huérfana de alrededor de veinte años, acababa de salir del hospital para pobres, después de haber sufrido una grave neumonía. Dejaba el hospital con vida, pero sin muchas esperanzas. Estaba sola en el mundo: ni padres, ni hermanos, ni parientes, ni trabajo. Todo lo que tenía lo llevaba en el bolsillo de su falda: una moneda de un franco. Pero demos un paso atrás en el tiempo para conocer mejor la situación de esta muchacha.

La joven Jacqueline, nacida en una aldea de Bretaña, había sido educada por sus padres en el santo temor de Dios. Tenía desde la infancia la piadosa costumbre de mandar celebrar todos los meses una Misa en sufragio por las almas del Purgatorio.

Siendo todavía una niña fallecieron sus padres, por lo que su modesta condición le obligó a buscar empleo de criada en casa de una familia acaudalada. A los dieciocho años abandonó su aldea natal, pues sus patrones se mudaron a la capital francesa. Allí, se mantuvo fiel a ese acto de caridad y asistía al Santo Sacrificio, durante el cual unía sus oraciones a las del sacerdote para pedir especialmente por el alma cuya liberación dependiera de una última plegaria.

Conocida un poco la niñez y adolescencia de nuestra joven, volvamos al momento en el que Jacqueline sale del hospital…

Cuentos con moraleja: "La semilla de la verdad"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Cuentos con moraleja.

Interior de convento

Érase una vez un rey que convocó a todos los jóvenes solteros del reino pues era tiempo de buscar pareja para su hija.

Todos los jóvenes casaderos asistieron y el rey les dijo:

— Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros, al cabo de seis meses deberéis traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la planta más bella ganará la mano de mi hija, y se convertirá en mi sucesor.

Así se hizo. Pero había un joven que plantó su semilla y no germinó. Mientras tanto, todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar y mostrar las hermosas plantas y flores que habían conseguido en sus macetas. Llegaron los seis meses y todos los jóvenes desfilaron hacia el castillo con hermosísimas y exóticas plantas.

Nuestro joven estaba muy triste pues su semilla no había germinado. Ni siquiera quería ir a palacio, pero su madre insistía en que debía ir pues era un participante y debía estar allí para no ser descortés con el rey. Con la cabeza gacha y avergonzado, llegó al palacio con su maceta vacía.

Cuentos con moraleja: "Hay más alegría en dar que en recibir"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Cuentos con moraleja.

loving hands

Un amigo mío llamado David, tiene un hermano que le dio un automóvil como regalo de Navidad. El día de Nochebuena, cuando David salió de su oficina, un niño de la calle estaba dando vueltas alrededor del flamante coche nuevo.

— ¿Es este es su coche señor?- preguntó.

David afirmó con la cabeza.

— Mi hermano me lo ha regalado por la Navidad.

El niño estaba asombrado.

— Quiere decir que su hermano se lo regaló y a usted no le costó nada, Vaya, me gustaría… -titubeó el niño.

Desde luego, David sabía lo que el niño iba a decir, que le gustaría tener un hermano así, pero lo que el muchacho realmente dijo estremeció a David de pies a cabeza.

— Me gustaría - prosiguió el niño - poder ser un hermano así.

Cuentos con moraleja: "Un consejo para vencer al demonio"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Cuentos con moraleja.

Devil

Un día estaba un joven en su casa y alguien llamó a la puerta. Al abrir se encontró al diablo, quien lo agarro del pelo, lo golpeó y luego se fue.

Se preguntó el muchacho:

— ¿Qué debo hacer si el diablo vuelve a venir?

De pronto, vio pasar a Jesús y pensó:

— Si Él está en mi casa el diablo no entrará.

Entonces lo invitó a pasar, le mostró la casa y le preguntó:

— ¿Puedes venir mañana antes que el diablo pase por aquí?

Al día siguiente el diablo volvió a llamar a la puerta; Jesús ya estaba dentro de la casa… El muchacho muy tranquilo abrió la puerta y el diablo volvió a darle una tremenda paliza.

Cuentos con moraleja: "Las lágrimas de la Luna"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Cuentos con moraleja.

Las perlas

El presente cuento está dedicado a mi hermana Araceli, para que los sufrimientos presentes le ayuden a fabricar una hermosa perla que le haga bellísima y muy valiosa a los ojos de Dios Nuestro Señor.

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La leyenda dice que las ostras son lágrimas de la Luna. Quizá la metáfora tenga algo de verdad, ya que las perlas son producto del dolor de una ostra.

Marina era una ostra que vivía en el fondo de los mares que bañan Tampico (México). No era un caracol. Marina era un animal de profundidad y como todas las de su raza, había buscado una roca del fondo marino para agarrarse firmemente a ella. Una vez que lo consiguió, creyó haber encontrado el lugar que le permitiría vivir sin contratiempos el resto de sus días.

Pero el Señor había puesto su mirada en Marina. Y todo lo que en su vida sucediera, tendría como gran responsable al mismo Dios. Porque Dios en su misterioso plan para ella, había decidido que Marina fuera valiosa. Ella simplemente había deseado ser feliz.

Y un día el Señor colocó en Marina un granito de arena. Fue durante una tormenta de profundidad; de esas que casi no provocan oleaje de superficie, pero que remueven el fondo de los océanos. Cuando el granito de arena entró en su existencia, Marina se cerró violentamente. Así lo hacía siempre que algo entraba en su vida. Todo lo que entraba en su vida es atrapado, integrado y asimilado. Y si esto no es posible, se expulsaba hacia el exterior el objeto extraño.

Cuentos con moraleja: "La mejor maestra"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Cuentos con moraleja.

classroom acoustics

El presente cuento es un homenaje a ese profesor “especial” que probablemente todos hayamos tenido en nuestra vida, y que gracias a su ejemplo y buen hacer, marcó la diferencia en nuestro aprendizaje y ahora permanece para siempre en nuestro recuerdo.

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Su nombre era señorita Thompson, maestra del pueblecito de Saint Gabriel (Louisiana) a orillas del Mississippi. Mientras estuvo al frente de su clase de quinto, el primer día de clase lo iniciaba diciendo a los niños una mentirijilla. Como la mayor parte de los profesores, ella, mirando a sus alumnos les decía que a todos los quería por igual. Pero eso no era posible, porque ahí en la primera fila, desparramado sobre su asiento, estaba un niño de once años llamado Teddy Stoddard.

La señorita Thompson había observado a Teddy desde el año anterior y había notado que él no jugaba con otros niños, su ropa estaba muy descuidada y la higiene corporal no era una de sus principales virtudes. Teddy comenzaba a ser desagradable. Llegó el momento en que la señorita Thompson disfrutaba marcando los trabajos de Teddy haciendo una gran X y colocando un cero muy llamativo en la parte superior de sus tareas.

Cuentos con moraleja: "Mis abogados defensores"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Cuentos con moraleja.

obra 136

Después de haber vivido decentemente en la tierra, mi vida llegó a su fin. Lo primero que recuerdo es que estaba sentado sobre un banco, en la sala de espera de lo que imaginaba era un juzgado. La puerta se abrió y se me ordenó entrar y sentarme en el banquillo de los acusados. Cuando miré a mi alrededor vi al fiscal, quien tenía apariencia de villano y me miraba fijamente; era la persona más demoníaca que había visto jamás.

Me senté, miré hacia la izquierda y allí estaba mi abogado, un caballero con una mirada bondadosa cuya apariencia me era familiar. Junto a él una mujer un poquito mayor que él, que de vez en cuando le cuchicheaba al oído.

La puerta de la esquina se abrió y apareció el Juez vestido con una túnica impresionante. Su presencia demandaba admiración y respeto. Yo no podía quitar mis ojos de Él. Se sentó y dijo:

Cuentos con moraleja: "El milagro de la canción de un hermano"

Escrito por P. Carlos Prats. Publicado en Cuentos con moraleja.

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Como cualquier madre, cuando Karen se enteró de que otro bebé venía de camino, hizo lo que pudo para ayudar a su hijo de cuatro años a prepararse para la llegada del nuevo hermanito. Cuando Michael se enteró se llenó de gran alegría. A Michael le gustaba cantarle bellas e infantiles canciones mientras ponía las manos en la barriguita de su mamá y sentía el movimiento del nuevo hermano.

El embarazo progresó normalmente para Karen, un miembro activo de la Iglesia de St Patrick en Morristown, Tennessee. Llegaron las contracciones del parto, pero surgieron complicaciones, por lo que fue llevada rápidamente al hospital. Los médicos dijeron que iba a ser un parto de horas y que probablemente requeriría de una cesárea.

Finalmente, la pequeña hermana de Michael nació; pero estaba grave. Con la sirena aullando en la noche, la ambulancia llevó al bebé a toda prisa a la Unidad Neonatal de Cuidados Intensivos del Hospital St. Mary’s en Knoxville, Tennessee.

Los días pasaron lentamente. La pequeña empeoró. El pediatra dijo a los padres:

—Hay muy pocas esperanzas. Estén preparados para lo peor.